Una de las cosas que más valoro en un trabajo, es la posibilidad de trato directo con el público. Me encanta eso de estar tratando en cada momento con distintas personas, cada una con su diferente personalidad, sus diferentes valores y que siempre necesitan algo diferente a lo de los demás, y eso es algo que vemos en todo momento en una tienda de telefonía móvil.
Hace un par de meses estuve en Montevideo y tuve que comprar una segunda batería para mi Nokia X6, y el tiempo que estuve en la tienda fue de lo más entretenido: desde una señora a la que se le había caído el móvil o celular al salir del coche en una alcantarilla, a la que recomendaron intentara sacarlo con unas tijeras o tenazas de las que se utilizan para la barbacoa, hasta un señor que insistía en querer oír la radio a través del móvil, pero sin utilizar ni los auriculares ni los altavoces. Fue un lástima que me atendieran tan rápido, pues disfruté un montón tanto de los requerimientos de los clientes, como por las soluciones tan eficaces que les propusieron. Por cierto, la batería baratísima, lástima que Uruguay me pille tan lejos. No obstante, he de volver. Me queda casi todo el país por visitar aún.
Respecto a los modelos de Celulares Nokia que tienen en Mobility Store, nunca he visto una colección tan completa ni un servicio tan eficaz, pues te actualizan el firmware del móvil a la última versión en menos de un minuto, y también he de destacar el amplísimo surtido que tienen de todo lo necesario para los modelos de la marca finlandesa. ¡Por poco salgo de allí, llevándome un Nokia Lumia! (mi novia me lo impidió), pero en cuanto pueda, me compro uno.
martes, 27 de agosto de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
Como denunciar gratis a movistar
Llevo unos quince años como cliente de movistar. Y mira que me han hecho putadas, pero soy de esos clientes fieles a los que les cuesta cambiar de compañía. Para que me roben otros, que me roben éstos, que al menos ya se del pie que cojean. Como los votantes del PPSOE, vamos.
Una de las cosas que más me joden de movistar es que me bombardeen con publicidad, y eso parece que lo saben pues no paran de hacerlo. Cada dos o tres años, me doy de baja de su publicidad bien a través de un número raro donde una maquinita me da a escoger entre varias opciones, o su equivalente vía web. Como el sistema lo cambian cada poco tiempo supongo que por joder, he de perder una tarde en averiguar cómo se hace. Para nada, porque al poco tiempo vuelven a enviarme publicidad.
Ayer me harté. Y me di cuenta que es mucho más fácil, cómodo y rápido denunciarlos ante la agencia española de protección de datos. Probablemente pierda, pues no tengo pruebas de todos estos años en los que les he pedido amablemente y por su anacrónico sistema que no quiero publicidad, pero ahora tengo una copia sellada de la denuncia. Cuando dentro de poco vuelvan a enviarme publicidad, basta con volverlos a denunciar.
En darme de baja por sus sistema, puedes perder tranquilamente una tarde de tu vida. En denunciarlos he tardado unos veinte minutos en redactar y retocar la denuncia, y seis minutos esta mañana en ir y volver en bicicleta al registro de la delegación de gobierno de la Junta de Andalucía. Compensa. Además que así tengo la certeza de que me van a hacer mucho más caso.
La agencia de protección de datos les enviará una copia de mi denuncia para que aleguen lo que quieran, y luego la agencia resolverá si llevo o no razón. Puede que pasen varios meses, en los que posiblemente siga recibiendo publicidad de movistar, publicidad que irá generando nuevas denuncias.
A movistar al igual que a mi, no les cuesta nada la tramitación de esas denuncias, ni siquiera el abogado, pues tienen una legión de licenciados en derecho trabajando gratis como becarios. Los becarios ni se crean ni se destruyen, sino que se van cambiando por otros. Movistar no les paga sueldo, salvo a mangantes tipo el undiangairín ese de los cojones y similares como a los políticos, pero eso es otra historia, que merece ser tratada en otra ocasión.
Una de las cosas que más me joden de movistar es que me bombardeen con publicidad, y eso parece que lo saben pues no paran de hacerlo. Cada dos o tres años, me doy de baja de su publicidad bien a través de un número raro donde una maquinita me da a escoger entre varias opciones, o su equivalente vía web. Como el sistema lo cambian cada poco tiempo supongo que por joder, he de perder una tarde en averiguar cómo se hace. Para nada, porque al poco tiempo vuelven a enviarme publicidad.
Ayer me harté. Y me di cuenta que es mucho más fácil, cómodo y rápido denunciarlos ante la agencia española de protección de datos. Probablemente pierda, pues no tengo pruebas de todos estos años en los que les he pedido amablemente y por su anacrónico sistema que no quiero publicidad, pero ahora tengo una copia sellada de la denuncia. Cuando dentro de poco vuelvan a enviarme publicidad, basta con volverlos a denunciar.
En darme de baja por sus sistema, puedes perder tranquilamente una tarde de tu vida. En denunciarlos he tardado unos veinte minutos en redactar y retocar la denuncia, y seis minutos esta mañana en ir y volver en bicicleta al registro de la delegación de gobierno de la Junta de Andalucía. Compensa. Además que así tengo la certeza de que me van a hacer mucho más caso.
La agencia de protección de datos les enviará una copia de mi denuncia para que aleguen lo que quieran, y luego la agencia resolverá si llevo o no razón. Puede que pasen varios meses, en los que posiblemente siga recibiendo publicidad de movistar, publicidad que irá generando nuevas denuncias.
A movistar al igual que a mi, no les cuesta nada la tramitación de esas denuncias, ni siquiera el abogado, pues tienen una legión de licenciados en derecho trabajando gratis como becarios. Los becarios ni se crean ni se destruyen, sino que se van cambiando por otros. Movistar no les paga sueldo, salvo a mangantes tipo el undiangairín ese de los cojones y similares como a los políticos, pero eso es otra historia, que merece ser tratada en otra ocasión.
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